8 de junio de 2017

Congreso greco-católico ruso mundial

El lunes 5 de junio comenzó en Lombardía, más precisamente en el santuario de San Felice Del Benaco, el primer y hasta ahora único Congreso mundial de clero de la Iglesia greco-católica rusa en su siglo de existencia.




Esta Iglesia poco conocida nucleaba en sus comienzos a una comunidad de rusos ortodoxos que decidieron entrar en comunión con Roma a fines del siglo XVIII. Se consideraban "rusos ortodoxos en comunión con el Obispo de Roma", y ese es el carácter identitario de su Iglesia. Después de ser reconocidos por la Santa Sede como Iglesia oriental católica, la Revolución Rusa de 1917 se encargó de dispersar o aniquilar a un importante número de fieles. Muchos de los supervivientes se alejaron en una diáspora que llegó a Francia, a Estados Unidos, Brasil, Argentina y otros países.

Celebran el rito bizantino ruso, prácticamente idéntico al ortodoxo.

Tienen un clero propio, pero no tienen prelados (obispo) que los lideren. En todos los países, incluyendo Rusia, dependen siempre de los Obispos latinos locales, o de Ordinariatos orientales encabezados por metropolitanos latinos.
Las comunidades más importantes se encuentran en Rusia, Francia y Estados Unidos. Con el paso del tiempo y ante el sentimiento de abandono en pos de una mejora en la relación ecuménica con Moscú, muchos clérigos y hasta pequeñas comunidades enteras han vuelto a la comunión con la Iglesia ortodoxa rusa. Esto se ha verificado incluso en años muy recientes.

En el Congreso se reúnen informalmente clérigos --sacerdotes, monjes y diáconos-- y laicos representando a comunidades greco-católicas rusas de diversas partes del mundo. Argentina está representada por el P. Gabriel Díaz Patri, sacerdote birritual oriundo de San Luis y el hieromonje Dionisio del Monasterio Bizantino de la Transfiguración (Pigüé, Prov. de Buenos Aires), cuya comunidad religiosa pertenece en realidad a la eparquía ucraniana de Buenos Aires.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Se agradecen los comentarios firmados. Los que ofendan la sensibilidad religiosa, las buenas costumbres o el buen gusto del administrador, quedarán en revisión.